A principios de la década de 1950, el sistema de seguridad estadounidense debatió cómo conservar el “activo desperdiciado” de la superioridad nuclear de Estados Unidos, e incluso consideró atacar preventivamente a la Unión Soviética antes de que desarrollara una bomba de hidrógeno. Siete décadas después, la administración Trump está pensando en cómo puede actuar para conservar otro activo desperdiciado - el tamaño económico relativo de Estados Unidos y la influencia geopolítica - contra el ascenso de China, cuya economía está en camino de superar a la de Estados Unidos en las próximas dos décadas, y en algunas medidas ya es mayor.
En este contexto, los inversores deberían ver los aranceles como parte de una disputa mucho más amplia que solo el comercio. Los documentos de la administración Trump demuestran que las preocupaciones actuales en torno a China abarcan la política económica, la inversión en tecnología y las capacidades militares.
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